martes, 24 de abril de 2012

La industria discográfica en el nuevo siglo

A Beethoven se le atribuye la frase “Debería haber un gran almacén de arte en el mundo al que el artista pudiera llevar sus obras y desde el cual el mundo pudiera tomar lo que necesitara”. Así, como Julio Verne visionó Internet, Beethoven pensó la posibilidad de crear un gran almacén de música. Hoy, gracias a Internet, esto es posible. 

En las últimas dos décadas, una serie de avances tecnológicos han transformado y están transformando las formas de producción y distribución musical, y con ello, la industria discográfica.

Es intención de este post, no sólo discutir cómo estas tecnologías han influido en la industria, sino la evolución que ha seguido el fenómeno de la piratería.

A comienzos de los 90 asistimos al decaimiento del mercado de las cintas de casette como soporte para escuchar música y al auge de los CDs. Ya entonces existían formas sutiles de piratería, y muchas personas grababan música directamente de la radio en sus cintas, o se intercambiaban CDs que luego eran copiados gracias a programas como NERO o EasyCD Creator. Legalmente la distribución inadecuada de contenidos era perseguida, pero la imposibilidad de encontrar pruebas del delito (más alla del conocido top-manta) generaba que la ley apenas tuviera efecto sobre el consumidor habitual.


El nacimiento del formato mp3 en 1995 permitió compresión de los archivos de audio, aumentando su facilidad de transmisión y distribución a través de la red. La tecnología fue aprovechada por empresas como Napster y AudioGalaxy, que provocaron el masivo intercambio de este tipo de ficheros y revolucionaron el mundo de las descargas. El intercambio de archivos de audio se convirtió en una práctica habitual (Napster alcanzó un pico de 26,4 millones de usuarios en febrero de 2001) y varias discográficas, ante su pérdida de mercado iniciaron procesos judiciales contra esta empresa. En 2001 la empresa fue obligada a cerrar y muchos usuarios emigraron hacia otras como Ares, Morpheus, Kazaaa o eMule. El resto de compañías mencionadas que copiaron su sistema P2P fueron igualmente derribadas o se vieron obligadas a drásticos cambios por circunstancias similares.

Otras empresas como Megaupload o Rapidshare tomaron el relevo, habiéndose también visto inmersas en procesos judiciales recientemente, acusadas de delitos de piratería y violación de derechos de autor. Cierto es que muchas discográficas y artistas afamados han perdido cuantiosas sumas de dinero debido a la existencia de estas web, pero también lo es que otros han sabido aprovechar la oportunidad brindada por las mismas para promocionarse.

Paralelamente, a las descargas páginas como YouTube o Spotify ofrecen la posibilidad de escuchar música online, pudiendo accederse a ellas, ya no solo desde un PC sino desde cualquier terminal móvil con acceso a Internet.

En cuanto al devenir del negocio discográfico a corto plazo, leyes como la Ley Sinde-Wart o la Ley S.O.P.A. han supuesto una serie de trabas para este tipo de compañías y la descarga de archivos de audio.

Muchos consideran estas leyes como un atentado a la libertad de expresión. Sin embargo, parece imposible luchar contra aquello que al ser humano le resulta inevitable y ante tales leyes es seguro esperar nuevas propuestas que consigan bordearlas y revolucionen de nuevo el mercado discográfico.

lunes, 23 de abril de 2012

Empresas norteamericanas piden la contraseña del Facebook a los candidatos a un trabajo


No cabe duda de que en los últimos años hemos asistido a una auténtica revolución en las relaciones humanas debido al papel que juegan en nuestras vidas las redes sociales. Para cualquier persona de nuestra sociedad resultaría prácticamente imposible pasar tan siquiera un día sin comunicarse haciendo uso de las mismas. Las empresas, no han querido ser menos y, recientemente, los departamentos de selección y RRHH han comenzado a hacer uso de las mismas para investigar sobre los candidatos a las posiciones que ofertan. Así, cada vez son más las que recurren a redes como LinkedIn, Twitter o Facebook como parte importante del proceso de selección de un individuo.

De este modo, estas web son cada vez más imprescindibles para los candidatos que deseen diferenciarse, permitiéndoles que presenten su información de forma más funcional personal y atractiva.

Algunos datos, proporcionados por el experto en búsqueda de empleo online J. Waldmans resultan enormemente reveladores (Ver gráfico):

- Se estima que 14,4 millones de personas encontraron su último empleo usando la red en 2011.
- Un 92% de los reclutadores usaron o planearon hacerlo las redes sociales para seleccionar a sus candidatos. Linkedin fue la más usada de estas redes (86%) seguida por Facebook (60%) y Twitter (50%). 
- Un 86% de los empleadores opinan que los candidatos deben crear perfiles y curriculum más accesibles y amigables.
- Un 79% de los empleadores tuvieron en cuenta la información on line de los posibles candidatos.
- Un 65% de empresas realizaron contrataciones con éxito gracias a las redes sociales.
- Un 56% de los profesionales de Recursos Humanos usaron las redes para seleccionar personal durante el último año.
- Un 50% de las empresas planean invertir más en selección a través de las redes.
- Uno de cada tres candidatos fue rechazado tras ser investigado en la red.
- Uno de cada 5 empleadores usan los Social Media para reclutar candidatos a los puestos de trabajo.
Todo esto, puede resultar muy interesante, tanto para el candidato por el poder de marketing personal que le ofrece, como para la empresa, que ve aumentado su poder de información a la hora de captar un candidato; A su vez, resulta algo inevitable como parte del desarrollo tecnológico de nuestra sociedad. Sin embargo, es un tema que pone sobre la mesa ciertas cuestiones éticas que atañen a la privacidad del individuo.

Se me plantea la siguiente pregunta: ¿hasta qué punto es ético que llegue una empresa a la hora de recabar información sobre sus candidatos? ¿Hasta qué punto la necesidad de trabajar de éstos en tiempos de crisis económica les puede hacer rebajar ante un reclutador su derecho a una vida privada en las redes sociales? 

Al hilo de estas cuestiones me gustaría compartir la siguiente noticia, que trata sobre la práctica desarrollada por algunas empresas norteamericanas consistente en exigir a los candidatos de sus procesos de selección que les faciliten su contraseña de Facebook. ¿Hasta qué punto se pueden sentir indefensos los candidatos? ¿Urge legislación clara?


domingo, 22 de abril de 2012

Nacimiento de mi blog

Mi nombre es Miguel Ángel Morán y esta es la primera vez que creo un blog. Probablemente porque mi caracter es un poco introvertido y eso me lleva a querer mantener un cierto grado de privacidad en las redes sociales nunca me había lanzado a una experiencia así. A ver que tal sale...

Por tanto, este blog nace, más que de un deseo, de una necesidad: es una parte importante del aprendizaje de la asignatura de Tecnologías de Información e Innovación del programa de International MBA que comencé el mes pasado en IE Business School. Considero que no por ello tiene que ser una experiencia forzada, ya que, como todo aquello que comienzo, lo hago con ilusión y con el compromiso de ponerle el máximo de mis ganas. 

Como nombre he escogido Internetsting, que me suena bastante raro y nace de la fusión de dos palabras Internet, que es donde está el blog e interesting, pues espero que a todo aquel que decida asomarse en sus contenidos le pueda resultar interesante. Espero que los temas que aquí comparta puedan generar un debate y discusión rica para todos los miembros que decidan participar en ello y animo a todo el mundo que caiga por está web a expresarse en él con total libertad.